En el mercado de Concepción

Concepción es mi segundo hogar. la familia de mi madre es de allá y mis vacaciones infantiles eran siempre un mes en pucón y un mes en Concepción en en el departamento de mis abuelos, mas algunas semanas durante el año.



De mis idas a conce hay un antes y un después y es cuando murió mi abuelo Abraham. Yo debo haber tenido unos 13 o 14 años, mis papás ya se habían separado y mi primo Jorge estaba viviendo en nuestra casa. Un día de invierno estaba en clases y de repente entra el inspector a la sala, habla con la miss y ella me mira, acto seguido toda la sala me mira, el inspector se acerca y me dice que tome mis cosas y lo acompañe. Al llegar a la inspectoría esta alguien esperándome, pero no puedo recordar quien es y me dice que mi abuelo esta muy enfermo y que vamos a partir a concepción al tiro.



Son sentimientos extraños, yo quiero a mi abuelo, pero es un personaje siempre un poco misterioso, muy distinto a Ljubo que es un faro en mi vida y siempre me fue imposible no compararlos. Abraham siempre fue un personaje con los pies sobre la tierra, querendón a su manera, fue bombero, trabajo en Huachipato, la siderúrgica no el equipo de fútbol, hincha del fernandez vial, sobrevivió un par de terremotos y demócrata cristiano furioso, en eso era igual a Ljubo.



Me cuentan que cuando nací el me decía cabeza de melón, cabezón siempre he sido y probablemente sin pelo por el verano debo haber parecido un melón. Siempre sentí que el me quería pero no éramos compinches, yo era demasiado mamón, muy intelectual, el vivió siempre rodeado de mujeres y yo fui el primer nieto y hombre, como debe haber querido hacer cosas conmigo y yo no lo entendía, creo que hasta un poco de miedo le tenía.



Al llegar a Concepción el ya había muerto, nunca me pude despedir, ni decirle lo que lo quería, en el velatorio no pude mirarlo, me carga ver muertos, por muy queridos que sean.



Tengo 3 recuerdo absolutamente marcados de él.



El primero es que a veces lo acompañaba al centro, que eran unas 4 cuadras, a hacer alguna cosa y en algún momento me dejaba parado afuera de un bar con prohibición de moverme bajo amenaza de muerte, y ahí lo esperaba unos 5 minutos hasta que salía y volvíamos al departamento.



el segundo es su amor por las sopas, era increíble, invierno o verano daba igual, el caballero tenía que almorzar con sopa, si no no había comido. Sentarse con el a la mesa era increíble, bueno para la marraqueta con mantequilla, bueno pal ají verde. Como mi abuela cocinaba como los dioses el siempre comía con muchas ganas, me parece verlo en este momento.



el tercer recuerdo es cuando me llevaba al mercado, SI!, el mercado era el mejor lugar de conce, i cuando iba con mi abuelo era como ir con mi papa a la oficina, todos lo saludaban y el como que me paseaba con orgullo, las señoras de los puestos lo llamaban por su nombre y el me presentaba como su nieto, dábamos un par de vueltas y nos sentábamos en un boliche y pedíamos pescado frito, congrio frito para los dos, el se tomaba un vino o una cerveza y yo bebida, picábamos marraqueta con mantequilla hasta que llegaban nuestro platos, wow! me acuerdo y me emociono, una presa gigante de congrio pasado por un batido perfectamente dorado acompañado de ensalada, era una cantidad de comida que era imposible que yo a los 7 u 8 años me comiera, pero el era feliz de llevarme. me acuerdo de entrarle con el tenedor, la primera oleada de vapor que salía con todo el aroma a pescado fresco, como la carne se desprendía del hueso sin esfuerzo y de como contrastaba en la boca lo suave del congrio con el crocante del batido, como se veía la carne blanca y brillante adentro de esta masa crocante y amarilla, todo esto en un lugar absolutamente mágico. siempre fío, lleno de gente gritando, y con una acústica increíble donde los gritos de casera, caserito rebotaban por todos lados llenando el ambiente y mezclándose con los dúos de guitarra y los pionetas que le gritaban a los locatarios y estos de vuelta a los pionetas.












Comentarios

  1. Primo que lindo relato....me hiciste recordar de Dn. Abraham o el tata como yo le decía, el me decía "guagua"..., un personaje dentro de mi vida....él me enseñó a abrochar los zapatos y a ver la hora en un reloj gigante de cartón, que él mismo hizo con sus manos. Siempre que salía volvía con una "Rayita", un dulce, para mi. Debo decir que su muerte me impactó, ya que era mi único abuelo, ya que por parte de mi papá no tuve abuelo. Es por eso que todos los años lo voy a ver y le llevo sagradamente flores al cementerio cada 1 de Noviembre. Al igual que cada vez que voy al estadio "collao" me acuerdo de él y recuerdo esa historía que contaban sus amigos de los "seniors", que después de su muerte lo veían en el estadio sentado en las tribunas.Guauuu, será tan fuerte su presencia?

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