LFT

LFT o La Fruta de Temporada

Si ya se, invierno no es la temporada de de frutas you dumb ass!!!!!!!!

Pero igual, soy un chef profesional pero un pastelero aficionado, encanta la pastelería, como dicen los gringos, i have a sweet tooth, igual soy mañoso, no me gusta todo, a ver, me carga la crema vegetal y cualquier cosa que su base venga en polvo y con ingredientes que en realidad no sé qué es lo que son, dextromaltosas, persevantes con nombres extraños, azúcares que no son azúcares, grasas polimultisuperdoubledouper hidrogenadas que cuando las dejas a temperatura ambiente por meses ni las bacterias se las comen, cuando tratan de venderte "soluciones" para tu negocio en que solo debes agregar agua y listo mmmmmm me la desconfianza.

lo otro que me carga es esa pastelería que suma y suma y suma cosas, la pobre mina que vende tiene que aprenderse un rosario si nuestra torta wachiqutere tiene, hojarasca, merengue, bizcocho, crema chantilly (vegetal por supuesto), manjar, crema pastelera y para rematar chocolate, nuestros clientes que la prueban siguen volviendo cada fin de semana por mas....obvio, tus clientes son una manga de incultos gastronómicos con obesidad mórbida que están a punto de la diabetes, hipertensión y de caer desplomados en la puerta de tu pastelería por culpa de toda la mierda que se meten a la boca.

Dicho esto y ahora más relajado puedo empezar a explicar que es lo que me gusta, que como podrán imaginarse no es solo una cosa.
partiendo por lo básico, la pastelería clásica me encanta, la alemana, austriaca, francesa, española, son recetas que llevan siglos dando vuelta y no hay nada que hacer, son simplemente ricas, un eclair, un creme brulee, natillas, leche volteada y todas esas cosas ricas que cocinaban las monjas y monjes y que hoy en día se encuentran en todos lados.
lo otro que me encanta es esa pastelería tradicional, de abuelita, de casa pituca, de sra alemana del sur, de recetas que se traspasan de generación en generación por manos que saben, que han amasado tanto en su vida, y que lo han hecho por cariño y por necesidad, que definitivamente son dos cosas que nos llenan la panza. El amor y el hambre son sentimientos que cuando se asocian a la comida son increíblemente potentes, nada se nos graba más que ese plato de comida que nos lleno el estómago en un día de hambre extrema o esa sopa que nos reconfortó el cuerpo cuando teníamos frío o estábamos mojados. Lo otro ya es sabido y si han leído algo de este blog habrán escuchado del pollo asado de mi abuela y de otras cosas que tengo grabadas en mi inconsciente y que por más caviar o sushi que coma nunca van a reemplazar esas comidas de mi infancia o algo que me prepararon con verdadero cariño.

Después de este pequeño rodeo volvemos a LFT, la maestría es saber qué hacer con ella, cada fruta es especial, tiene su momento de madurez, su uso, su sabor, nada es realmente al azar, cada una tiene su temporada para que al llegar a nuestra boca nos de lo mejor de sí.
así cada época del año tiene su gracia, son como pequeñas vidas resumidas en un año de la estantería de la verdulería, así como en una época nos engolosinábamos con la fruta de verano, que es exuberante, abundante e incluso no aguantábamos a que algunas maduraran y las comíamos verdes de puro ansiosos.....quien no se comió las ciruelas verdes solo para después sufrir no solo de la panza si no también por los retos de mama.......en esa época mirábamos en menos manzanas, peras y demases frutas de invierno y solo nos lamentábamos por no haber comido mas melones, frambuesas, sandías, frutillas y todas esas delicias, ahora que vivo en el sur y que el invierno es largo y frío valoro todo lo que la naturaleza me da y aprendo de la gente que ha pasado más inviernos que yo acá a ver en una manzana un mundo de posibilidades, sabores, texturas, aromas, que me hacen feliz, me las como con inmensas ganas......los otoños o inviernos son iguales de productivos que veranos o primaveras, va en nosotros aprender a gozar, en la maestría y oficio que nos dan los años, en aprender a sorprender.....