Slow Food

Soy parte de convivium de Slow Food Pucón y el lunes nos juntamos en Termas Peumayén donde Michel y Johana. Venía alguien de Slow Food a visitar la zona y a ayudarnos con el objetivo que tenemos que posicionar al piñón araucano como un valuarte. La verdad es suena bien re bonito, pero todavía no tengo 100% claro que significa e términos concretos, probablemente nada en un principio ya que Slow Food es una organización privada sin fines de lucro a nivel mundial, no un ente gubernamental que dicta políticas y normas, pero acá en la zona representa el poder educar y aprender acerca del piñón.

Curarrehue o Kurarrewe es zona pewenche, esto significa que los mapuches que habitaban esta zona son de cordillera y que su fuente de alimento principal era el piñón. semilla de la araucaria que se recolecta en otoño y que yo aprendí a conocer cuando llegue a trabajar acá. El piñón representa casi una forma de vida y significa una fuente de ingresos importantísima para los habitantes de la pre cordillera en chile.

La cosa es que es todo un proceso lograr que el piñón sea un baluarte, hay que hacer investigación, presentarlo al arca del gusto, luego en Terra Madre, que es el evento anual de Slow Food en Italia y despuecito recién seria aceptado.

Independiente a eso, como les contaba el lunes nos juntamos a ver este tema y a comer una cosita poca, la idea siempre que se junta el convivium es que todos aportamos con algo, esta vez llegaron ensaladas orgánicas, de quinua con changles, galletas de avellana y de quinua, unos quesos y hasta ahí todo era bastante normal y educadito, pero Michel se las mando, saco unos hongos que se llaman lactarius deliciosus salteados con piñones y verduras, unos perniles de cerdo orgánico glaseados en cerveza artesanal, queso de cabeza hecho en casa, unas hogazas de pan recién horneado y toditito esto con un par de vinos muy ricos. Se paso el franchute, putas que cocina rico, la verdad creo que su restaurante La Fleur du Sel (esta poco taquilla el nombre) es el mejor de la zona junto con el mío, bueno el del hotel, pero ustedes me entienden, les juro que parecía niño con juguete nuevo, partir una hogaza de pan, ponerle este chanchito que se separaba solo del hueso, unos champis y para adentro, los platos pasaban de un lado para el otro en la mesa, al final los que no se conocían al principio obvio que a los 10 minutos ya habían encontrados amigos y carretes varios en común. Mientras tanto las hijas de los anfitriones y Mila corrían por todos lados jugando, riéndose y acercando se cada cierto rato a pedir algo de la mesa. Así vale la pena.

Metan se si pueden a la pagina de Slow Food a investigar un poco, les apuesto que hay un convivium cerca, si les interesa la comida saludable, de producción limpia, con tradición y fundamente, si creen que al comer se nutre algo mas que el cuerpo puede que sea algo en lo que les interese participar.


Comentarios

Entradas populares